jueves, 6 de agosto de 2015

Planto de amor

Una pena negra
la envolvió de lleno,
de pura tristeza
se colocó el velo.

Y como un torrente
se le abrió una luz;
y la ella sonriente,
abrió un ojo azul.

Cuenta se dio al fin,
la pena no valía
ese querubín.

Y, amiga, te decía
cuídate por mi,
no llores niña mía.

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