Una
pena negra
la envolvió de lleno,
de pura tristeza
se colocó el velo.
Y como un torrente
se le abrió una luz;
y la ella sonriente,
abrió un ojo azul.
Cuenta se dio al fin,
la pena no valía
ese querubín.
Y, amiga, te decía
cuídate por mi,
no llores niña mía.
la envolvió de lleno,
de pura tristeza
se colocó el velo.
Y como un torrente
se le abrió una luz;
y la ella sonriente,
abrió un ojo azul.
Cuenta se dio al fin,
la pena no valía
ese querubín.
Y, amiga, te decía
cuídate por mi,
no llores niña mía.
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